martes, 22 de noviembre de 2016

Calabaza multicolor


A pesar de que todavía queda tiempo para que llegue Halloween, podemos amenizar la espera probando una reacción química cuanto menos llamativa. Si preparamos una calabaza como las clásicas de esa fiesta, podemos rociarla con desinfectante de manos (que siempre contiene algún tipo de alcohol, como isopropílico, etílico o propílico) para conseguir una llamarada azul.

¿Y si quisiéramos cambiar de color? La propia calabaza tiene sodio, por lo que no es extraño que veamos también una llama amarilla al arder. Utilizando la química podemos incluso lograr una llama verde (mediante ácido bórico), naranja (con cloruro cálcico) o roja (al mezclar nitrato de estroncio con nitrato potásico o perclorato potásico), como explica la química Anne Helmenstine.

Pasta de dientes para elefantes


Que sepamos los elefantes no se cepillan los dientes. Sin embargo, los experimentos de química nos brindan la oportunidad de fabricarles una pasta dentífrica especial. ¿Cómo? La descomposición del peróxido de hidrógeno (más conocido como agua oxigenada), gracias a la acción del catalizador yoduro potásico, nos permite recrear el dentífrico que usaría cualquier elefante.

En la mezcla usamos también detergente, que servirá para atrapar el oxígeno que se forma y crear grandes cantidades de espuma. La descomposición del agua oxigenada ocurre muy rápidamente, dando lugar a oxígeno y agua. El experimento que vemos también es exotérmico, por lo que la espuma resultante estará a elevadas temperaturas.

Volcán artificial


Cuando el dicromato amónico ((NH4)2Cr2O7) se descompone a altas temperaturas, produce óxido de cromo (III), nitrógeno y agua. A nivel práctico, como vemos en el siguiente vídeo, podemos utilizar cristales naranjas de dicromato amónico, que se auto-oxidarán para luego reducirse. ¿Cómo sucede la reacción?
En la formación del volcán químico, como explican desde la Universidad Complutense de Madrid, el óxido de cromo (III) que se va formando, sale del centro de la pequeña montaña naranja. A medida que se deposita en el borde, va creciendo hasta formar una especie de cráter.
¿Por qué vemos llamas naranjas? La explicación es sencilla: la temperatura es tan elevada que produce incandescencia. La masa sólida verdosa que vemos al final del experimento es Cr2O3, caracterizado por ser poco denso, esponjoso y presentar un volumen mucho mayor que los cristales naranjas iniciales.

domingo, 20 de noviembre de 2016

¿Se puede convertir el CO2 de la atmósfera en combustible?



La creciente presencia del dióxido de carbono en la atmósfera es uno de los motivos que está moviendo a gobiernos e instituciones a promocionar políticas medioambientales más respetuosas. Esta tendencia también se observa en el mundo empresarial, donde las energías renovables y el cuidado de la atmósfera atraen cada vez mayor atención, en forma de esfuerzos y de dinero.
Carbon Engineering es una startup de Canadá que ha creado un método original para retirar CO2 de la atmósfera. Se trata de un sistema capaz de procesar este compuesto y concentrarlo, convirtiéndolo en esferas de pequeño tamaño, que pueden utilizarse como combustible.
El método combina una serie de ventiladores de gran tamaño y una solución de hidróxidos, que reacciona con el aire para finalmente dar lugar a pequeñas esferas de carbonato de calcio. El resultado se calienta hasta temperaturas de 800 a 900 grados para obtener carbono puro.
Este compuesto se puede almacenar o procesar para convertirlo en hidrocarburos como diésel. Desde que se puso en marcha en junio del pasado año, la empresa ha retirado de la atmósfera diez toneladas de dióxido de carbono. En su horizonte está construir una planta para 2017 que podrá extraer un millón de toneladas diarias. Esta proeza medioambiental equivale a sacar de las carreteras a 100 coches anualmente.
Carbon Engineering
No es mucho si se compara con el número de vehículos que circulan por todo el planeta. Solo en España, en 2014 había un parque de casi 28 millones de vehículos, de los cuales en torno a 22 millones eran coches. Pero lo cierto es que la construcción de esta planta, que costará unos 200 millones de dólares, podría ser el comienzo de una industria que se nutra de las emisiones contaminantes.
Para 2018 Carbon Engineering ya pretende vender combustibles sintéticos producidos a partir de estas esferas de CO2 transformadas. De la planta se podrán sacar entre 200 y 400 litros de diésel al día.
Ya existen soluciones que tratan de eliminar el CO2 de la atmósfera, pero normalmente se ocupan de fábricas y otros sitios donde las emisiones están muy concentradas. Sin embargo, no es fácil hacerlo con los gases que emiten edificios, el transporte o la agricultura. Por el momento la compañía cuenta con el respaldo de nombre importantes entre su panel de inversores, como el de Bill Gates o el magnate canadiense Murray Edwards.

La serpiente química


¿Quién nos iba a decir que una reacción química podría brindarnos una curiosa serpiente como la de los faraones del antiguo Egipto? El responsable es eltiocianato de mercurio (Hg(SCN)2), un compuesto inorgánico en forma de polvo blanco. Al calentarlo se produce una reacción exotérmica (que desprende calor), utilizada en el pasado en pirotecnica. Y es que el resultado es increíble:


En 1821, el científico Wöhler descubre este curioso experimento. Si calentamos tiocianato de mercurio, provocamos su descomposición en una masa sólida, insoluble en agua, compuesta principalmente por nitruro de carbono (C3N4). La reacción, sin embargo, también produce gases tóxicos peligrosos (como dióxido de azufre), por lo que no debemos repetirla en casa.