jueves, 2 de marzo de 2017

La ciudad de los cuatro elementos



Ytterby, un pueblo situado en la isla de Resarö, en el archipiélago de Estocolmo (Suecia) tiene el privilegio de ser la ciudad que más elementos químicos ha dado a la ciencia.






En 1787 el joven teniente del ejército Karl Axel Arrhenius descubrió un extraño resto de una roca negra, muy parecido a un grumo de carbón, en una vieja cantera cerca del pueblecito sueco de Ytterby. El nombre de ese desconocido villorrio significa simplemente "pueblo de las afueras". Que su nombre sugiera únicamente su localización da idea de que no posee ninguna característica llamativa. 

Arrhenius sabía que la roca pesaba demasiado para ser carbón por lo que creyó haber encontrado un desconocido mineral de tungsteno, metal que había sido descubierto en España 4 años antes. Curiosamente el tungsteno (que viene del sueco tung sten, piedra pesada) es el único elemento que tiene dos nombres. El segundo es wolframio (del alemán lobo sucio). Fue descubierto por los hermanos Fausto y Juan José Elhuyar en el Seminario de Vergara. El primero quería llamarlo wolframio (nombre que triunfó en Alemania, España e Italia) y el segundo tungsteno (en Inglaterra y Francia).


Para los análisis Arrhenius pasó la muestra al químico Johan Gadolin de la universidad de Åbo, entonces en Suecia y hoy Turku, Finlandia. Gadolin (que tiene un elemento con su nombre, el gadolinio, también encontrado en Ytterby) trabajó con el material de Arrhenius hasta 1794, cuando anunció que en su interior había descubierto una nueva 'tierra' que representaba el 38% de su peso total. Lo llamó una 'tierra' porque no pudo separar el oxígeno que contenía por el método tradicional de calentar intensamente con carbón vegetal. Lo bautizó como yttria, en honor a Ytterby. Y aunque lo deletreó mal, el nombre cuajó. 

Yttria era, de hecho, óxido de ytrio. El metal en sí fue aislado al calentarlo con cloruro de yitrio con potasio por Friedrich Whöler en 1828 (el mismo año en que sintetizó la urea, tendiendo el puente decisivo que uniría la química inorgánica con la orgánica). 


El mineral del cual se extrajo el óxido de ytrio se llamó gadolinita, que es un silicato de berilio, hierro e ytrio. Que contuviera berilio y Gadolin no lo descubriera es sorprendente, pero semejante fallo permitió a Nicolas-Louis Vauquelin obtenerlo en París 4 años después. Hoy se sospecha que la "tierra nueva" de Gadolin estaba contaminada con muchos otros elementos; pero eso nunca lo sabremos porque su colección se perdió cuando la universidad fue destruida por el fuego en 1827. 


En 1843 Carl Gustav Mosander, investigando el óxido de ytrio más detalladamente, descubrió que estaba realmente compuesto por tres: el óxido de ytrio, que era blanco; el óxido de terbio, que era amarillo; y el óxido de erbio, que era rosado. Los nombres de estos dos nuevos elementos son, como puede suponerse, variaciones sobre el mismo tema: la ciudad de Ytterby. El cuarto elemento, aislado de esas muestras contaminadas de ytrio en 1878, sí rinde ese merecido homenaje a la ciudad: Yterbio.



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